Exploring the biblical theology of Christian egalitarianism

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Igualmente las mujeres, Igualmente los esposos (1 Tim 2:9, 3:11 & 1 Ped 3:7)

Introducción

Muchas discusiones y debates acerca del rol de las mujeres en la Iglesia y en el hogar se centran en definir palabras griegas tales como: kephalē (cabeza), authenteō (dominar), y hupotassō (someter). He pasado muchas horas buscando el significado y las implicancias de estas palabras por mí misma. Es esencial, sin embargo, que pongamos atención a cada palabra en el texto—y no sólo a las palabras claves—si queremos obtener un mayor un mejor entendimiento de lo que las mujeres cristianas hicieron en la Iglesia del Nuevo Testamento, y si queremos también entender qué enseñaron los apóstoles acerca de la sumisión dentro del matrimonio cristiano.

En este artículo considero los adverbios griegos “hōsautōs” y “homoiōs” en tres versos del Nuevo Testamento: 1 Timoteo 2:9; 1 Timoteo 3:11 y 1 Pedro 3:7. Ambas son palabras griegas comunes, que pueden ser traducidas simplemente como: “igualmente.”[1] Destacando la palabra “igualmente” en estos tres versos y, muy importante, destacándola en los pasajes contextuales, estos versículos llegan a ser mucho más claros en su significado.

Las Mujeres oraban en voz alta en las reuniones en Corinto y Éfeso

En 1 Corintios 11:5 Pablo llanamente reconoce que las mujeres oraban y profetizaban en las reuniones de la Iglesia en Corinto. Sin embargo muchos cristianos han ignorado este versículo sosteniendo que Pablo quería que las mujeres estuvieran en completo silencio en las reuniones. Por cientos de años las mujeres han sido excluidas de estar envueltas en cualquier tipo de ministerio verbal en los servicios de las Iglesias; esto debido mayormente a la malinterpretación de un par de versículo en la misma carta de Pablo (1 Cor. 14:34-35). En algunas Iglesias modernas, las mujeres están aún silenciadas y se les prohíbe orar en voz alta.

1 Timoteo 2:9 es otro verso que indica que las mujeres oraban en voz alta en las reuniones de las Iglesias. Este versículo, sin embargo, es menos claro que 1 Corintios 11:5  en la mayoría de las versiones inglesas.

Kevin Giles, comentando sobre 1 Timoteo 2:8-9, escribe,

Cuando los hombres oran, ellos deberían hacerlo sin contención ni enojo; cuando las mujeres oran deberían hacerlo vestidas modestamente. La referencia a la mujer orando es a menudo pasada por alto por los comentadores varones, pero debe ser tenida en cuenta. En el verso 9 las palabras dirigidas a las mujeres carecen de un verbo que debe ser suplido desde el verso 8. En el verso 8 hay dos verbos: “desear” y “orar”, cuyo adverbio al comienzo del verso 9, hōsautōs (= en igual manera) muestra que ambos son finalizados más adelante en el texto (lo mismo opinan Crisóstomo, Calvin, Spicq, Barrett, Debilius y Conzelmann).[2] (Itálicas del autor)

De este modo, una traducción de 1 Timoteo 2:8-10 que más plenamente comunica la intención del significado puede ser:

Yo quiero que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas sin enojo ni discusiones, e igualmente las mujeres quiero que oren adecuadamente vestidas, con propiedad y modestia, no adornándose a sí mismas con peinados lujosos, con oro o perlas o ropas caras, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres quienes profesan ser piadosas.

Las mujeres estaban involucradas en todo tipo de ministerio verbal en las Iglesias del Nuevo Testamento. Ellas oraban y profetizaban (Hechos 21:9). Ellas enseñaban y amonestaban (Hechos 18:26 cf. Col 3:16). Algunas mujeres ricas e independientes, tales como Lidia y Ninfa fueron aún las anfitrionas y líderes de las iglesias que se reunían en sus hogares. Es improbable que estas mujeres estuvieran en silencio en sus hogares y que no participaran en las reuniones. Algunas mujeres fueron ministras oficiales en la iglesia.

Esta sección fue adaptada del artículo “Paul’s Instructions for ‘Modest’ Dress,” here.

Las mujeres fueron diaconisas en la iglesia de Éfeso

Se ha estado desarrollando un largo debate en la iglesia concerniente a si las mujeres mencionadas en 1 Timoteo 3:11 eran diaconisas oficiales o bien esposas de los diáconos. Hasta la cuarta centuria no había una forma separada para la palabra “diácono”, tanto un hombre como una mujer que cumplían las funciones de diácono eran llamados “diakonos” en griego. Es muy posible también que las diaconisas en Éfeso fueran llamadas simplemente “mujeres” en el verso, para distinguirlas de los diáconos varones.

Hay otras indicaciones en el texto que sugieren que estas eran mujeres diáconos (diaconisas) y no esposas de los diáconos. Por ejemplo, no hay mención de las esposas de los supervisores (u obispos).[3] No tiene sentido entonces que Pablo considerara los requerimientos morales para las esposas de los diáconos como algo que debía mencionarse, pero no lo hiciera respecto de las esposas de los supervisores u obispos.

También, si la intención en el texto era referirse a las esposas de los diáconos, esperaríamos un artículo definido o un pronombre en el verso 11 en Griego (el cual podría ser traducido como “las esposas” o “sus esposas” respectivamente.) Como sea, es el uso de la palabra “igualmente” (hōsautōs) la que indica que se está dirigiendo a un grupo similar pero a la vez  distinto en el verso 11.[4]

“Igualmente” (hōsautōs) es encontrada al principio de 1 Timoteo 3:8  y 1 Timoteo 3:11. Lesly Massey escribe que: “… es costumbre usar la palabra ’igualmente’ para introducir la segunda y tercera entidad en una serie …” Él sugiere que el uso de hōsautōs: “… parece ubicar a los tres grupos (obispos, diáconos y diaconisas) en categorías de una naturaleza similar …” [5]

Esto es, que las personas pertenecientes a estos tres grupos están involucrados de ministerios de alguna manera similares y requieren calificaciones morales similares.

Tomando en cuenta la palabra “igualmente”, podemos ver que los versos 8-10 se refieren a los varones diáconos, el verso 11 a las mujeres diáconos (diaconisas) y los versos 12-13 a ambos, tanto varones como mujeres en el diaconado.

Juan Crisóstomo aportó al debate sobre si las mujeres en 1 Timoteo 3:11 eran diaconisas o no. En su homilía 11 sobre 1 Timoteo escribió:

… Algunos han pensado que se dijo esto de las mujeres en general, pero si esto no es así, ¿por qué introduciría él cualquier cosa respecto de las mujeres que interferiría con su tema? Él está hablando de aquellas quienes ostentaban el rango de diaconisas.[6]

En respuesta a 1 Timoteo 3:12 (incluyendo la expresión idiomática “una mujer hombre”) él agrega: “… Esto debe ser entendido por lo tanto, como algo relacionado a las diaconisas. Porque ese orden es necesario, útil y honorable en la Iglesia …”[7]

Hay indicadores en todo lugar en los escritos del Nuevo Testamento y de los Padres Apostólicos de que las mujeres eran diaconisas en la Iglesia (Ej. Febe en Romanos 16:1-2). Estas mujeres eran trabajadoras sociales, y fueron también sostenedoras y ministras enviadas de los apóstoles e iglesias. Eran mujeres prominentes, respetadas, y sostenían posiciones oficiales de liderazgo e influencia en la Iglesia.[8]

Esta sección fue adaptada de un próximo artículo acerca de “Deacons, Male and Female, in the Apostolic and Post-Apostolic Church,” here.

Los esposos deberían someterse a sus esposas

Muchos cristianos creen que la sumisión dentro del matrimonio es tarea de las esposas. Estos cristianos a menudo señalan que La Escritura nunca establece que los maridos tienen que someterse a sus esposas. Sin embargo, el apóstol Pedro, en sus instrucciones a los hombres cristianos se acerca mucho a ello.

En su primera carta, Pedro usa la palabra griega homoiōs—la cual significa “igualmente” o “del mismo modo”—tres veces: 1 Pedro 3:1, 3:7; 5:5. Cada una de estas ocasiones está dentro de un contexto de sumisión.

Primeramente Pedro dice a todos sus lectores que deben someterse a toda autoridad secular (2:13).

  • Luego él se dirige a los esclavos y les dice que se sometan a sus amos (2:18).
  • Entonces él dice: “esposas, igualmente sean sumisas a sus maridos” (3:1).
  • Y finalmente dice: “maridos,  igualmente,  vivan con ellas…” (3:7).

En 1 Pedro 5:5, Pedro trae a colación el tema de la sujeción otra vez y dice: “…  Igualmente ustedes, jóvenes, sométanse a sus mayores …” (Subrayado mío.)

No hay un verbo principal en griego para “vivir con ellas” (sunoikountes) en 1 Pedro 3:7 es un participio. En la Nueva Versión Internacional (NVI) se ha agregado el verbo “ser considerado,” o comprensivo, en 1 Pedro 3:7a: “De igual manera, ustedes esposos, sean comprensivos en su vida conyugal …” Pero en griego, las palabras “ser considerado/ comprensivo” no están allí; el griego simplemente dice: “Vivan con sus esposas de la misma manera—igualmente.”

Pedro no había estado hablando de “ser considerados” en los versos precedentes; su tema era la sumisión. Al usar el adverbio “igualmente” (homoiōs), Pedro une el verso 7 con los otros versos acerca de la sumisión.

No es infrecuente en las oraciones en griego “pedir prestado” el significado de un verbo principal de una oración previa sin mencionarlo nuevamente (Ej. Efesios 5:21-22). “Sin embargo, Pedro podría haber dejado afuera intencionalmente la palabra “someterse” para suavizar el impacto y evitar ofender el sentido de honor masculino que era parte de la cultura de la sociedad Greco-romana.[9] No obstante, el significado permanece.

Pedro puede haber sido cuidadoso acerca de no ofender a los hombres en su honor, pero también les dijo que debía dar honor (timē) a sus esposas como a coherederas de la gracia de la vida. Pedro entonces sigue diciendo: “Finalmente, sed todos de un mismo sentir,  compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables …” (1 Ped.3:8). Estas son cualidades que todos deberíamos buscar, junto con la sumisión mutual. El ideal del matrimonio cristiano  y en la iglesia es la sumisión mutua, más que una sumisión unilateral (Ef. 5:21).

Esta sección fue adaptada del artículo “Submission and Respect in 1 Peter 3:7-8,” here.

Conclusión

Si queremos verdaderamente entender lo que los escritores bíblicos quisieron decir, necesitamos prestar atención a cada palabra en el texto, y no sólo a las palabras claves. Al ignorar aún las palabras ordinarias tales como “igualmente” podemos perder o distorsionar el significado original. Más aún: nunca debemos aislar un versículo del contexto del pasaje. Los significados de 1 Timoteo 2:9, 1 Timoteo 3:11 y 1 Pedro 3:7 se oscurecen si ignoramos su contexto. Parece que el significado de estos versos ha sido de hecho oscurecido en el pasado, para detrimento de la Iglesia, especialmente para sus mujeres, y para detrimento del matrimonio, especialmente las esposas.

El Nuevo Testamento muestra que las mujeres pueden estar involucradas en el ministerio de la Iglesia, en ministerios oficiales y en ministerios que incluyan la expresión oral; y las esposas pueden esperar de sus maridos que se sometan mutuamente y ellas ofrecerles mutuamente honor.


Notas

[1] BDAG da el significado de hōsautōs como “un marcador de similitud que aproxima la identidad (en) la misma (manera), similarmente, igualmente”; y el significado de homoiōs como “ser similar en algún aspecto, igualmente, así, similarmente, en la misma manera”. Walter Bauer, A Greek-English Lexicon of the New Testament and other Early Christian Literature, 3rd Edition, revisada y editada por F.W Danker (University of Chicago Press, 2000), 1106 & 707.

[2] “Response” in The Bible and Women’s Ministry: An Australian Dialogue, Alan Nichols (Ed.) (Canberra: Acorn Press, 1990), 72.

[3] La lista de calificaciones en 1 Timoteo 3:1 asume que los obispos en Éfeso son varones, casados y tienen hijos, y tienen sus propias familias respetables para manejar, pero en ningún lugar el Nuevo Testamento establece que el liderazgo de las iglesias está restringido a los hombres solamente.

[4] Kevin Giles, Patterns of Ministry Among the First Christians (Sydney: Collins Dove Publishers, 1989), 61.

[5] Lesly F. Massey, Women and the New Testament: An Analysis of Scripture in the Light of New Testament Era Culture (Jefferson, North Carolina: McFarland & Company, 1989), 61.

[6] Crisóstomo (347–407) estaba escribiendo en un tiempo cuando había una palabra separada para los diáconos mujeres: diaconisas.

[7] John Chrysostom, Homily 11 on First Timothy. Translated by Philip Schaff. From Nicene and Post-Nicene Fathers, First Series, Vol. 13. Editado por Philip Schaff. (Buffalo, NY: Christian Literature Publishing Co., 1889.) Revisado y editado para New Advent by Kevin Knight.
http://www.newadvent.org/fathers/230611.htm

[8] Es importante que no proyectemos costumbres modernas y roles de los diáconos sobre el primer siglo de la Iglesia, de otra manera podemos oscurecer los roles reales de esos diáconos de la primera Iglesia.

[9] Jesús, como sea, renunció a su honor a causa nuestra (Ej. Fil. 2:7-8 cf Ef. 5:25).

Imagen

Mujer rezando, las catacumbas de Calixto, siglo IV (Wikimedia)

© 14.11.13 Margaret Mowczko.
Traducción al español de Marlene Patricia Dorigoni Velásquez

This article was originally written in English and is posted here.
Más artículos en español aquí.

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